López de Carvajal, vizconde de Carrión y
marqués de Atalaya Bermeja funda en 1773 la villa de Algar con el
nombre de Santa María de Guadalupe. Dicho noble adquirió las tierras al
Ayuntamiento de Jerez por 155.000 ducados.
Se dice que lo hizo para
cumplir una promesa al naufragar durante un viaje desde México a España.
La donación se establecía con arreglo al reparto de 25 fanegas de
tierra, una yunta de vacas y casa para cada uno de los 90 pobres de
solemnidad reclutados entre las poblaciones de Bornos, Ubrique, Benaocaz
y Villaluenga del Rosario. Los favorecidos habrían de abonarle al
fundador la octava parte del producto anual, incluyendo ganado, y
sembrar la mitad cada año. Algar significa cueva en árabe, y es posible
que ello derive de las muchas que existen en su dominio.
El pueblo de
Algar mantiene una relación especial con el virreinato, ya que ostenta
el patronato, único en España, de la Virgen de Guadalupe de México. /En la imagen, portadilla de su expediente de nobleza que se conserva en el Archivo Histórico Municipal.
Aunque la leyenda relaciona la creación
de Algar con una promesa realizada por su fundador a la Virgen de
Guadalupe, lo cierto es que la iniciativa de López de Carvajal coincidió
con la política de colonización y explotación de nuevas tierras,
emprendida por la administración.
Castillo de Algar.
Sea como fuere, decidido López de
Carvajal a establecer una nueva población, compró en 1757 las dehesas de
Algar y Mesa de Sotogordo al Concejo de Jerez. Poco después, en 1766,
solicitó permiso al gobierno para instalar a 90 colonos con sus
familias. El proyecto, que contemplaba la cesión de una casa y un lote
de tierra a cada colono -que debería entregar a cambio una octava parte
de la cosecha-, fue aprobado por Real Provisión de 13 de octubre de
1773.
El nombre está compuesto del artículo ‘al’ y el lexema ‘gar’ que significa concavidad o cueva en árabe. Este sustantivo puede deberse a la cantidad de cuevas que existen en sus proximidades. En Algar, el proyecto de López de Carvajal fue haciéndose realidad, siendo completado por sus sucesores, que dotaron al pueblo de casas capitulares, pósito, cárcel, carnicería y posada. Desde un primer momento, sus habitantes se dedicaron a tareas agrícolas y ganaderas, actividades que se combinan en la actualidad con otros sectores económicos como la industria de la piel, el trabajo de la madera y las cooperativas agrícolas y ganaderas. Fue artífice también de la fundación del municipio gallego de Castro de Rei, en 1776.
VIRGEN DE GUADALUPE.
López Carvajal dejó la impronta de su
viaje a México fundando Algar y extendiendo en la ciudadanía portuense
su admiración por la Virgen de Guadalupe azteca.
De muestra, las
representaciones guadalupanas de los conventos de las Concepcionistas o
Capuchinas o los desaparecidos Monasterio de San Miguel Arcángel o de
las Madres Agustinas. Octogenario, vital y perseverante, fallece en El
Puerto un hombre que se debatió entre sus universos mentales y
materiales, dejando a medias el sueño por cumplir, la consolidación del
municipio de Algar, buen ejemplo de la aportación portuense al entorno
más cercano. /Texto: Enrique Bartolomé.
Fuente www.gentedelpuerto.com
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